La cuestión de la motorización se ha convertido en un tema central en las conversaciones sobre la posible entrada de Andretti en la Fórmula 1,en lo que podría haber novedades según la web formu1a.uno. La inclusión de un nuevo equipo en el campeonato depende en gran medida de la disponibilidad de motores y cajas de cambios.
Es importante destacar que hasta el año 2025, las unidades de potencia utilizadas en la Fórmula 1 seguirán siendo las mismas, sin modificaciones en su arquitectura técnica, por lo que la entrada de nuevos fabricantes queda completamente descartada. Ferrari, como uno de los actores clave en la Fórmula 1, ha mantenido una posición relativamente neutral en lo que respecta a la posible admisión de Andretti en la competición.
No obstante, la histórica casa de Maranello no se opone a la entrada de Andretti, siempre y cuando se cumplan «ciertas condiciones» y se respeten las regulaciones vigentes, en particular, el recientemente ratificado Pacto de la Concordia. Ferrari no pasa por alto que la inclusión de un undécimo equipo alteraría los equilibrios políticos, otorgando a las comisiones una mayoría de 6 votos a 5.
Esto podría ser beneficioso en caso de estancamiento. Además, si bien Andretti desea entrar de la mano de General Motors a través de su submarca de lujo Cadillac, el hecho de que sea un competidor directo de Ford podría complicar su entrada al Gran Circo abriendo la puerta a Ferrari como motorista.
En este contexto, es relevante destacar que Ferrari ha perdido recientemente un contrato de suministro a largo plazo con Sauber (actualmente Alfa Romeo), quien está en proceso de convertirse en Audi. Ante esta situación, Ferrari está interesada en proporcionar unidades de potencia a un tercer equipo, lo que contribuiría a mantener su influencia política en la Fórmula 1, la cual se ha visto reducida en los últimos años.
Ejemplo de lo anterior se puede ver en la aprobación de la Norma TD39, también conocida como la «norma antiporpoising», que ha tenido un gran impacto en la filosofía que sustentaba el exitoso modelo F1-75 y que, unido a los cambios reglamentarios relacionados con los fondos de suelo de este año, han interrumpido significativamente el trabajo en el SF-23.
En ambos casos, Ferrari estaba en contra de dichas modificaciones, pero se vio sobrepasado ante el peso político de equipos como Mercedes y Red Bull. La Fórmula 1 es un terreno donde la política y la técnica se entrelazan de manera intrincada. Ferrari, como un actor principal en este escenario, debe equilibrar sus intereses técnicos con las realidades políticas si desea mantener su relevancia y competitividad en la máxima competición.