La filosofía samurái es algo que siempre ha estado en la vida de Fernando Alonso, como pudimos comprobar en el pasado Gran Premio de Japón y su casco especial. Pues y aprovechando esto, el piloto asturiano ha hablado en la web de Aston Martin hablando sobre varios temas empezando por la filosofía samurái y como ha afectado a su vida personal y sobre el hecho de si en los malos momentos, ha tenido dudas de él mismo.
“Creo que un piloto de carreras y un samurái están muy vinculados. Disciplina, confianza en uno mismo, sin miedo. Luchamos por un solo objetivo, que es ganar. Incluso morir para los samuráis era un privilegio, no un miedo. Como piloto de carreras, en cualquier vuelta, en cualquier momento, en cualquier curva, hay peligro”.
“Hay que estar preparado para cualquier cosa que pueda pasar. Tienes que entrenar. Tienes que estar preparado. Creo que los samuráis aprovecharon ese mismo espíritu y utilizaron esa disciplina para convertirse en una mejor versión de sí mismos. Ya sea una carrera o una batalla, esa disciplina es clave para estar más preparado que el día anterior”.
“El miedo al fracaso afecta tu desempeño. Puede hacerte más lento. Cuando estás liderando la carrera y a 10 vueltas de la bandera a cuadros pero hay alguien más rápido detrás de ti, es natural empezar a pensar: ¿Qué pasa si pierdo esta carrera? ¿Qué pasa si me adelantan en la última vuelta? Esos pensamientos nunca son útiles: limitan tu capacidad para desempeñarte y ser la mejor versión de ti mismo, así que trato de cancelarlos”.
“Hacer esto es una especie de valentía: tener la fuerza mental para distanciarse de cualquier pensamiento de fracaso”. Por otro lado, Alonso ha hablado sobre su futuro en la categoría dejando claro que se irá cuando lo se sienta rápido reconociendo que todavía sueña con un tercer mundial. “Nunca pensé que estaría en la Fórmula 1 tanto tiempo porque nunca me sentí parte del circo: todo el glamour, todo el espectáculo, todo lo que sucede en el circuito más allá de las carreras».
«Pero si una versión más joven de mí pudiera verme conduciendo al más alto nivel en la Fórmula 1 a la edad de 42 años, no se sorprendería porque, incluso en ese entonces, sabía cuánto amaba las carreras. Correr en Fórmula 1 es lo que más me gusta hacer. Es la mejor categoría del mundo. Es el pináculo del automovilismo. Mientras me sienta rápido, ¿por qué parar?«.
«En cada carrera que empiezo, incluso si no somos lo suficientemente fuertes para luchar por la victoria, hay un uno por ciento de mí que cuando cierro la visera y hay luz verde, todavía espero que ese sea el día en que pueda ganar. El 99 por ciento de las veces fracasas, pero la única vez que lo logras vale la pena la espera y todo el trabajo realizado. El deseo de ganar siempre está ahí. Lo tuve desde el primer día y sigo teniendo el mismo nivel ahora mismo».