




La ausencia de los, usualmente victoriosos, toros rojos, ha dejado en jaque por momentos a Red Bull, después de que, en un concurrido sábado de clasificación, ninguno de los dos pilotos pudiera entrar en la Q3 y perdieran la opción a un posicionamiento favorable, que terminaría por arrebatarles un fin de semana sin trofeo que llevar a casa.
Aunque el ritmo del RB19 parecía ausente desde el comienzo de los libres del viernes, los números apuntaban a lo contrario, en tanto a correr durante bastante más tiempo y de forma continuada, pero no lo suficiente como para coronar a al menos, uno de los dos monoplazas. En un resumen de carrera que deja al actual líder, Max Verstappen, en una 5ª posición y a su compañero de equipo Checo Pérez, en un 8º puesto qué tras una penalización post carrera, no le llega a afectar.
Pese a esto, el director de equipo, Christian Horner señala al Safety Car como el culpable de chafar un momento de recuperación en el que se encontraban luchando, asegurando que «el ritmo del coche volvía a ser mucho más lo que esperaban del incidente». Lo que no resta el hecho de que fueran conscientes de las amenazas que suponían sus rivales y que tan cerca era la distancia en la que tenían que enfrentarse, por lo que esto, terminó por pillarse con la guardia baja.
Algo que busca justificar la ausencia de una configuración perfecta, la ventana correcta para el coche, así como el propio set de neumáticos a utilizar. «Al empezar la carrera desde atrás, apostamos por una estrategia diferente y la mejor forma de que saliese bien era con un coche de seguridad temprano o tardío, lo que no esperamos es fuera a salir en la que seguramente, era la peor vuelta posible para la estrategia que teníamos planteadas«.
Un panorama que terminó afectando a ambos pilotos, que contaba con unos neumáticos duros al borde de extinción, mientras que para otros pilotos, esto significó un alivio, marcando a ambos Red Bull unas últimas posiciones en zona de puntos para luchar, en lo que en palabras de Horner se traduce en una mala resalida donde los neumáticos tenían complicaciones para calentarse tras solo 20 vueltas, que más tarde, en una comparativa de parada de carrera normal, supuso una pérdida de 23 segundos que los colocó al final.
A pesar del mal sabor que supone romper una racha de 15 victorias para la escudería, Horner elogia lo conseguido por la escudería italiana y al piloto de día, Carlos Sainz, bajo unas palabras que denotan cierta felicidad. «Carlos ha hecho una carrera muy buena hoy y mereció ganar». No obstante, tampoco terminan de ver mal que no pudieran ganar el campeonato de constructores en el Singapur, pues al estar a la vuelta de la esquina el GP de Japón, creen importante laurear su sexto campeonato en la Fórmula 1, justo en el hogar de su proveedor de motores japonés, Honda.