Dixon no da por finalizada la lucha por el campeonato: “Todo es posible”

Scott Dixon sigue siendo una leyenda viva de las IndyCar y en el GP de Bommarito ha vuelto a demostrarlo. El neozelandés ha sumado la 55º victoria de su carrera, dando una masterclass de cómo gestionar el combustible y ahorrarse paradas por boxes de esa manera. El neozelandés se sitúa a 74 puntos de Palou a falta de dos carreras para el final y tratará de luchar por llevarse el séptimo título de su carrera en el campeonato de pilotos.

Dixon se ha mostrado súper sonriente en la rueda de prensa postcarrera a la cual ha podido asistir Pitlane Motor; donde ha hablado sobre la dosis extra de motivación que le otorgan estas dos últimas victorias en circuitos tan diferentes “Una victoria siempre sienta bien. Volver a atrás se siente fantástico, en dos circuitos muy diferentes".

"Una vez más, creo que es un testimonio de lo que este equipo ha podido hacer con los cuatro coches a lo largo de este año. Definitivamente creo que ha sido un año un poco difícil para nosotros; no consiguiendo los resultados que el equipo merecía. Creo que lo especial es que en las dos últimas carreras solo puede haber un piloto de Ganassi, lo cual es genial".

"Sé que eso enorgullece mucho a Chip, y también a los más de cien empleados que trabajan en ese lugar”, continuaba el veterano piloto de 43 años. Dixon ha repetido varias veces lo positivo que resulta que sea un piloto de Chip Ganassi el que se vaya a llevar el título. Y, es que, a falta de dos citas para que concluya el campeonato, solamente pueden salir vencedores Alex Palou y Scott Dixon contando el español con un colchón de 74 puntos sobre el neozelandés.

Por ello, Dixon ha agradecido y felicitado de antemano a Chip Ganassi una vez más por su excelsa temporada. “El coche número 10 (Palou) ha tenido una temporada casi perfecta. Felicitaciones a todos en el equipo, lo han hecho todo genial. Los días en los que tal vez tuvieron problemas con el ritmo, pudieron solucionarlo con estrategia en carrera. Realmente no han tenido días malos".

"Cuando la gente tiene esos años, puede ser un poco difícil observar a otros competidores en el campo. Yo también he estado en ese lugar, donde cualquier cosa que tocas simplemente se convierte en oro o va en la dirección que quieres.”

“Creo que lo que es muy especial, como mencioné antes, es llegar a las dos últimas carreras y tener solo un piloto de Ganassi capaz de ganar el campeonato; es genial y muy bueno para este equipo. La cantidad de esfuerzo... Lo especial de este equipo es la gente. Son ellos los que se merecen mucho la racha que ha tenido este equipo este año". A pesar de irradiar alegría por parte del equipo, Dixon quiere luchar por el campeonato hasta que las matemáticas digan lo contrario y tratará de presionar a Alex en estas dos últimas citas de las IndyCar.

Aunque, el mismo Scott Dixon ha reconocido que Palou tiene una posición muy favorable y únicamente un choque o una avería mecánica en el coche 10 pueden dar emoción a la lucha por el título. “Preferiría estar en la posición de Alex. Ha mantenido y realizado un trabajo excepcional durante todo el año. Quizás haría falta una mecánica o un accidente para que fuera interesante para Laguna Seca".

"Pero todo es posible, ¿verdad? Creo que todos nosotros hemos visto, yo personalmente he estado involucrado en situaciones como esa antes. No hay puntos dobles, nada de eso sucede. Sí, tiene una buena ventaja, pero hasta que estemos matemáticamente fuera de esto, seguiremos presionando lo más fuerte posible como siempre lo hacemos".

"El objetivo para nosotros en las dos últimas carreras es intentar ganarlas". Por último, el de Chip Ganassi ha resaltado lo divertida que ha sido la carrera al contar con infinidad de variedades estratégicas y distintos neumáticos en la pista al mismo tiempo. “Eso estuvo genial. Intentaban presionarnos para que impidiéramos que obtuviéramos el kilometraje que necesitábamos".

"Simplemente estábamos monitoreándolo, manteniéndolo a raya, incluso a veces estirándolo si era necesario. Obviamente Ross, mi ingeniero, hizo un trabajo increíble con el monoplaza, tenía un coche que nos permitió ahorrar el combustible que necesitábamos. Faltaban unas 10 vueltas para el final y les pregunté: ¿Cuánta presión estamos recibiendo por detrás? Dijeron: Son más de 20 segundos, así que simplemente navega. Hacía mucho tiempo que no hacía una carrera así”, zanjaba un sonriente Scott Dixon.