Luca di Montezemolo: "Ferrari nunca puede ser un figurante"

Ferrari está inmerso en un pozo que parece no tener fondo. El equipo italiano lleva 16 temporadas sin alcanzar la gloria, acumulando demasiadas decepciones y sin encontrar la tecla de la victoria. El año pasado dispusieron de una máquina puntera, pero los constantes errores de estrategia, así como una escasa capacidad de desarrollo del monoplaza, eliminaron sus esperanzas de recuperar el trono.
Para referirnos a la época dorada de la escudería de Maranello, hay que trasladarse a comienzos del siglo XXI, cuando el tándem compuesto por Michael Schumacher y el entonces presidente del equipo, Luca di Montezemolo, dominó la competición sin dar ninguna oportunidad a los rivales. Cinco títulos consecutivos desde el año 2000 hasta 2004, más el alcanzado por Kimi Raikkonen en 2007, adornan el inigualable palmarés de Di Montezemolo como máximo dirigente del Cavalino Rampante.
Un legado que lleva demasiado tiempo estancado y cuya situación tampoco se va a revertir esta temporada, en vista del pobre rendimiento que están exhibiendo los monoplazas rojos. "Ferrari no puede ganar siempre, pero como aficionado sueño con que luche por el título hasta la última carrera. Se puede perder, pero siendo actores protagonistas, no como figurantes".
"No podemos celebrar un tercer puesto, como sucedió en Spa. Enzo Ferrari no lo hubiese aceptado", ha indicado un crítico Montezemolo en el medio italiano Quotidiano Nazionale. Sobre el futuro de los pilotos actuales, Carlos Sainz y Charles Leclerc, y sus renovaciones aún sin confirmarse, el exdirigente de la escudería afirma que ese es el menor de los problemas en estos momentos:
"No creo que haya ningún piloto libre que sea mejor que Leclerc, pero ahora mismo esa es nuestra menor preocupación". Para finalizar, el italiano opina que la clave del éxito reside en no depender de actuaciones estelares por parte de los pilotos, sino en construir un equipo unido en el que cada pieza encaje a la perfección.
Cuando Schumacher cosechó sus cinco títulos consecutivos, lo hizo gracias a sus propios méritos y también al trabajo de toda una estructura que funcionaba como un reloj suizo. "Como presidente conseguí un equipo de ensueño, con Schumacher, Todt, Brawn y Byrne como cabezas visibles", concluyó Montezemolo.