ESPECIAL | El GP de España, en vista de un fan de la F1

Si ya es un honor que tu país albergue un Gran Premio de España, lo es mucho más que tengas la oportunidad de ir. Es por ello, que desde Pitlane Motor motivamos a todos los fans de la F1 que, en el caso de poder permitírselo, presencien un Gran Premio desde el mismo circuito. Visitar por primera vez un GP siempre es especial, y Montmeló tiene encanto para ello.
Es por eso que, a continuación, trasladaremos todo lo que supone vivir un Gran Premio de España desde la grada. En el caso de que tengas la entrada de los tres días, independientemente de la zona en la que vayas a ver el GP, siempre es un regalo tener la opción de visitar el pitlane. Miles de personas cruzamos entre los muros del pitlane para ver cómo los ingenieros trabajaban en sus monoplazas para las sesiones del viernes.
Además, fue una suerte poder ver a pilotos como Carlos Sainz, Valtteri Bottas, Charles Leclerc, Oscar Piastri, Fernando Alonso o Lewis Hamilton que se acercaron a los fans que no apartaban la mirada de sus boxes. Gracias a la entrada de la F1, podías ver también otras competiciones anteriores como F2 o F3. Una oportunidad que no dejaríamos pasar a todo aquel cuya banda sonora sea el ruido de los motores de los monoplazas.
Además, cómo teníamos la entrada en la zona de Pelouse, era de extrema importancia la pronta llegada al circuito para así seleccionar el mejor puesto posible para ver los monoplazas. En cuanto a la sesión del viernes, la fanzone se llenó de gente al tener como principal protagonista a Fernando Alonso. Los primeros aficionados que llegaron a la zona mencionaban que habían entrado al circuito en torno a las siete de la mañana, y Fernando salía a las doce.
Las sesiones del viernes fueron las más tranquilas de todo el fin de semana, aunque alguna salida de uno que otro piloto incrementó las ganas de ver que pasaba en la sesión del día siguiente. El sábado era día importante, y no había mejor zona para ver la clasificación que la subida a la curva 9. Toda una maravilla ver lo rápido que pasaban todos los pilotos de las diferentes categorías.
Aunque durante la carrera de F2 empezó a llover, todo un alivio para aquellos que nos achicharrábamos al sol, la clasificación de la Fórmula 1 fue todo cuanto extraña, menos el primer puesto. Las posiciones de Charles Leclerc, Checo Pérez, George Russell o Nico Hulkenberg eran las conversaciones principales entre los aficionados que esperaban con ansias ver dónde acababan Carlos Sainz y Fernando Alonso.
El domingo día de carreras. Y eso se notó. Entramos al circuito sobre las ocho de la mañana y ya habían más de 10.000 personas dentro de Montmeló, una completa locura. El coger sitio en Pelouse fue similar a cuando vas a la playa en verano: que sobreviva el más fuerte. Con mucho sol, pudimos disfrutar del dominio de Pepe Martí en F3 que ganó en casa.
La F2 un poco más tranquila, que pasó desapercibida por muchos aficionados que dormían en la hierba al haberse levantado tan pronto o por aquellos que estudiaban con sus apuntes para el examen del día siguiente. En cuanto a la Fórmula 1, la carrera dejó bastante que desear. Acción en las primeras vueltas y bostezos en las últimas eran el primer plato y el postre de la sesión del domingo en la que el resultado deportivo desilusionó a más de uno que tenía pintado el número 33 por todo el cuerpo.
Al terminar la carrera, miles de aficionados corrían a las puertas de acceso al circuito para hacerse fotos, coger goma de neumático de los pianos o robar algún que otro cartel que posteriormente fue custodiado por la policía. Antes de irse del circuito con una sonrisa en la boca tras toda la experiencia vivida reducida en un solo fin de semana, no puedo dejar este post sin aconsejar a todo aquel que vaya a un circuito de Fórmula 1 que se quede hasta el final.
Y con final no me refiero a cuando te echan del asfalto. El circuito cierra sobre las 20:30h y de verdad, aprovéchalas. En vez de estar una hora dentro de un atasco, camina por la zona de las tiendas, túmbate en el césped viendo cómo toda la gente sale, sube a alguna grada que te haga ilusión y observa cómo toda la gente se está perdiendo ese momento de paz, no te vas a arrepentir.