ESPECIAL | Corea, un paso extraño y fugaz por la F1

Corea del Sur: nación muy avanzada, con una cultura expandida por todo el globo y con un crecimiento en el ámbito deportivo actual sin precedentes. Los surcoreanos han gozado estos últimos años de un buen semillero de futbolistas, por ejemplo. Cada vez son más los luchadores que se suman a las MMA y que dejan la bandera de Corea en lo alto en repetidas ocasiones.
¿Pero y el automovilismo? Es cierto, parece que el éxito en el deporte que tanto amamos se les ha escapado hasta ahora, o simplemente no tuvieron la vista enfocada en él. Lo que sí es un hecho es que ninguno de nosotros podrá olvidar las carreras realizadas en territorio coreano entre 2010 y 2013. Carreras extrañas, con horarios pesados, pero que, sin duda alguna, marcaron, sea de la forma que sea, una época en nuestro seguimiento a la Fórmula 1.
El inicio fue dantesco. El denominado Circuito de Yeongam no estaba terminado a falta de pocos días del primer Gran Premio de la historia de Corea, el de 2010. Cuando toda la Fórmula 1 llegó al recinto deportivo, solo se topó con una pista, pero con una infraestructura que todavía estaba siendo construida. Las gradas no se habían completado, los encargados de prensa no podían cubrir el evento por falta de acceso al paddock, y algunas partes del trazado se estaban terminando horas antes de la acción.
El proyecto del Gran Premio de Corea fue gigante, pero se quedó en la mente. Se tenía pensado construir una ciudad llamada "Ciudad del Amor" alrededor del trazado, pero la máxima categoría del automovilismo solo se encontró con un circuito a medio hacer en medio de una zona rural, pantanosa y muy, pero que muy nublada y tétrica.
A pesar de toda la adversidad, y bajo toda polémica, la Fórmula 1 dio el "OK" y el Gran Premio de Corea de 2010 se disputó. Poco se podía esperar de dicho Gran Premio, pero regaló una cita ideal para quienes quieren vivir una carrera de Fórmula 1 con los pelos de punta. Fernando Alonso, Mark Webber y Sebastian Vettel peleaban el campeonato del mundo de forma ajustada para ese entonces.





Habían llegado a una carrera clave y en un circuito que no era nada más que impredecible. Los Red Bull salieron adelante, 1-2 en parrilla, pero la lluvia llegaría. Diluvio torrencial, retrasos de casi una hora y largada detrás del Safety Car. La carrera fue una auténtica carnicería de piezas y barro tras varios abandonos.
Mark Webber se borró solo de la ecuación con un trompo y se llevó de encuentro a Nico Rosberg. Lewis Hamilton cometía errores y cedía el liderato a Sebastian Vettel, quien rompería motor a poco del final y otorgaría la victoria a Fernando Alonso con Ferrari. El sueño del mundial para el asturiano era más grande que nunca.
Los Grandes Premios de los años siguientes fueron muy ajenos al primero. El último, por ejemplo, el de 2013, fue una carrera un tanto aburrida con una supremacía del "niño maravilla", Sebastian Vettel, a bordo de su superpoderoso Red Bull. Fue una tarde muy nublada, típica de la zona circundante al Circuito de Yeongam. Esa sería la última vez que veríamos a la Fórmula 1 correr en el curioso y llamativo país asiático.
El Gran Premio de Corea estuvo presente en el calendario oficial de la temporada 2014 de la Fórmula 1 a inicios de año, no obstante, la competencia fue cancelada y retirada de dicho mundial por problemas de negociaciones con los organizadores. En 2015 se realizaron gestiones para que forme parte nuevamente de la categoría, pero los esfuerzos no tuvieron éxito.
Solo nos podremos quedar con aquellas carreras por la mañana, un tanto extrañas e impredecibles, con la sensación de haber visto alguna vez a un monoplaza girar por un circuito que parecía nunca acabar. Así de fugaz fue la historia de Corea en la Fórmula 1. No sabemos qué les depara el destino.