"El Dedo de Oro": Así ha sido el paso de Sebastian Vettel por la Formula 1

'Baby Schumi', 'Frigodedo', 'El niño maravilla', 'El dedo de oro', 'Mr Dedo', 'El trompo humano', 'Inspector Seb' o, simplemente, Seb. Uno de los pilotos más laureados de la historia deja la Formula 1 este GP de Abu Dabi 2022. Nos guste o no, Sebastian Vettel ha marcado un antes y un después en la máxima categoría del automovilismo. Son 4 títulos mundiales, 53 victorias, 122 podios y 57 poles para uno de los pilotos alemanes más prestigiosos de la historia de la categoría.
Pero toda historia tiene un comienzo. Todo inició en 2007. En ese entonces, Vettel sólo había ganado la Formula 4 alemana en 2004. Además, había sido segundo en 2003, segundo en la F3 Euroseries 2006 y tercero en Macao en 2005. Entonces, el de Heppenheim entró a la estructura de BMW (primero con Williams en 2005 y luego con Sauber en 2006). Con ellos, debutó en el GP de Estados Unidos 2007 tras el espectacular accidente de Robert Kubica en Canadá. De esta forma, se convertía en el por aquel entonces piloto más joven de la historia en debutar (luego le superó Jaime Algersuari en 2009, Kyvat en 2014 y Verstappen en 2015).
En la última vez que la F1 visitó Indianápolis, consiguió una octava posición para sumar su primer punto y convertirse en el más joven en lograr puntos (Kvyat le superó en 2014 y Max en 2015). Una curiosidad: en los primeros libres, se convirtió en el rookie que menos tiempo necesito para recibir una multa. Fueron 1000 dólares por exceso de velocidad en el pitlane. Carreras después, Toro Rosso le dio una oportunidad de estar hasta final de año, sustituyendo a Scott Speed y acompañando a Liuzzi, dónde su mejor posición fue una cuarta posición en el GP de Japón. De hecho, quedó por delante del italiano ese año.
Sin embargo, lo mejor estaba por llegar. Siguió en 2008 en Faenza y se convirtió en leyenda. Consiguió la pole en el GP de Italia y ganó la carrera como, años después, le veríamos hacer habitualmente. Actuación magistral bajo la lluvia en Monza que le puso en el mapa para siempre. Durante ese tiempo, ya le empezaron a llamar "el nuevo Schumacher" o "baby Schumi" Parecía que Alemania tenía heredero del Kaiser, aunque tenía que contrastarlo. Ese año quedó octavo, siendo el mejor piloto Red Bull, por delante (y por mucho) de los pilotos de Milton Keynes (David Coulthard y Mark Webber). Por eso, pasó en 2009 al equipo principal.





En su primero en la escudería, sólo Brawn GP y su "famoso" difusor impidió que consiguieran el campeonato. No obstante, era sólo un calentamiento de lo que se venía. 2010 fue la temporada para contrastarse. Luchó con su compañero Webber, el Ferrari de Alonso y los McLaren de Hamilton y Button por el campeonato. En la noche de Yas Marina, el de Heppenheim ganó la carrera, con Alonso séptimo y Webber octavo. Esto le daba al germano su primera corona mundial, convirtiéndose así en el campeón más joven de la historia.
Ahí no sólo no ganó un título, sino que hizo historia y se ganó el odio de los españoles. Al año siguiente, Sebastian hizo uno de sus dos mejores años de toda su carrera. Con su RB7, ganó 11 de las 18 carreras, siendo una de las temporadas más dominantes de la historia de la máxima categoría. Le sacó más de 100 puntos al segundo clasificado, Jenson Button. En 2012, no obstante, no lo tuvo tan fácil, ya que estuvo compitiendo hasta el final con Fernando Alonso. Sin embargo, a diferencia del 2010, la ventaja fue menor, llegando hasta el GP final de Brasil luchando por el título.
En una carrera caótica, en la que el alemán sufrió un trompo en la primera vuelta, pero logró remontar hasta la sexta posición, mientras que el por entonces piloto de Ferrari no ganó la carrera. Al año siguiente, volvió a arrasar, aunque le costó al inicio. No obstante, ganar nueve carreras consecutivas hizo que el campeonato fuera a manos del de Heppenheim, consiguiendo su cuarto y último campeonato. Durante este tramo, se le conoció por varios apodos. 'Mr Dedo', 'Dedo de Oro' o 'El niño maravilla' fueron algunos de los apodos que se llevó.
Aunque en 2014 todo cambió. Con el bajón de rendimiento de Red Bull, las opciones de conseguir su quinto título se fueron al traste. Por ello, decidió marcharse al equipo Ferrari en busca de pelear contra la nueva fuerza imbatible, el equipo Mercedes. Con el Cavalino, en su primer año, le plantó un poco de cara a los de Brackley, ganando varias carreras, pero insuficiente. 2016 fue un año de transición para él y la Scuderia y 2017 estuvo luchando por el campeonato durante parte de la temporada, sin poder superar a Hamilton.
El año siguiente también parecía que iba a ser lo mismo, con el de Heppenheim incluso más cerca del inglés. No obstante, todo cambió en el GP de Alemania 2018, cuando Vettel chocó con el muro y perdió una victoria que lo cambió todo. Algo se rompió ese día en la mente del cuatro veces campeón del mundo. Ese año dejo escapar un campeonato que, en principio, lo tenía para disputarlo. En 2019, llegó Charles Leclerc y, tal y como le sucedió en 2014 en Red Bull con Daniel Ricciardo, otro joven piloto le volvió a superar. En este caso fue Charles Leclerc. Durante esa temporada, logró su última victoria en el GP de Singapur.
En 2020, Seb sufrió con el bajón que tuvo el Ferrari SF1000, aunque no le impidió subir al podio en Turquía. Durante este tiempo, se le apodó de dos formas: 'Trompettel' o 'El trompo Humano', ya que trompeaba constantemente. Ejemplos fueron Baréin 2019 o Italia 2019. Tal fue la coña que los trompos de Vettel se convirtieron en un meme. El otro apodo que se le puso fue el de 'Inspector Vettel', debido a su capricho de investigar y tocar el coche de los demás. Por ello, se ganó varias multas. Toda esta moda del meme de Vettel trompeando terminó con su fichaje por Aston Martín en 2021.
Con los británicos, consiguió su último podio, una segunda posición del GP de Azerbaiyán. En 2022, sin embargo, no empezó muy bien, pero en las últimas carreras comenzó a destacar un poco más, con actuaciones como la del GP de Japón. Han sido 15 años de carrera desde aquel GP de Estados Unidos 2007. Muchas carreras han pasado, muchas cosas han sucedido. Ha demostrado que, quizás, no iba a ser el próximo Michael Schumacher, pero ha dejado un legado imborrable como el segundo campeón alemán de la historia de la F1. Nos guste o no, Vettel ha dejado impronta dentro de la máxima categoría y simplemente queda aplaudir por todo lo que ha hecho a lo largo de su carrera. Danke Seb.




