Red Bull confía en haber solucionado sus problemas con el DRS para Bakú

Red Bull está decidido a ir por el campeonato de constructores de F1 este año, y sabe que no la tendrá fácil contra Ferrari, por lo que no pueden permitirse dar ningún tipo ventaja en el aspecto técnico. En el Gran Premio de España, Max Verstappen vio arruinada su última vuelta de empuje en la clasificación debido a un mal funcionamiento del DRS, lo que le hizo abortar la vuelta. Si bien Red Bull pensó que había encontrado una solución rápida, el problema volvió a surgir el domingo.

Esto obstaculizó a Verstappen en el inicio de la carrera y lo dejó sin opciones de acercarse a Charles Leclerc, quien lidero sólidamente la primera parte del Gran Premio hasta su abandono. Pues bien, Paul Monaghan, ingeniero jefe de Red Bull confía en que el equipo ha solucionado sus problemas recurrentes de DRS, pero reconoce que las altas velocidades en Bakú serán la prueba definitiva. "Estoy seguro, mucho más feliz en base a lo que aprendimos al salir de España", analizó Monaghan.

Antes del Gran Premio de Mónaco, los ingenieros de Red Bull se lanzaron al problema para tratar de solucionarlo de una vez por todas y, según Monaghan, el equipo ahora aprendió sus "lecciones dolorosas" y puso una solución permanente. Si bien el problema pareció resolverse en Mónaco, donde el DRS se enfrentó a una velocidad relativamente baja cuando se activó, Bakú plantea un desafío completamente diferente con una velocidad máxima de más de 340 km/h en su recta de 2,2 km de largo.

"Nuestro problema con el DRS fue auto infligido, creo que si somos honestos, ahora hemos aprendido nuestras lecciones bastante dolorosas", dijo Monaghan, sugiriendo que Red Bull puede haber tomado demasiadas medidas en un esfuerzo por reducir el sobrepeso RB18 al límite mínimo. "Hay un suspiro de alivio después del trabajo que hicieron algunas personas. Hicieron un trabajo fenomenal en un período de tiempo muy corto. El desafío ha cambiado de un circuito a otro, el tiempo de espera cambia, la velocidad de apertura cambia, las condiciones cambian..." deslizó el ingeniero.

Monaghan reconoció que el Gran Premio de Azerbaiyán de este fin de semana será la prueba definitiva si la confianza de Red Bull está garantizada. "Bakú presenta problemas ligeramente diferentes", agregó. "Tu velocidad de apertura es de 160 km/h [en Mónaco], en Bakú es de 300 km/h. Por lo tanto, no se trata realmente del peso sobre el flap, sino de levantarlo contra su propia carga aerodinámica. Creo que sería una tontería dormirnos en los laureles. Sabemos lo que hicimos mal. Era nuestro cometido arreglarlo, así que hasta ahora estamos bien", cerró un confiado Monaghan. La verdad se sabrá en la veloz pista de Bakú.

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