Muchas veces me pregunto qué es realmente la Fórmula 1 y cómo mi visión sobre ella con los años ha ido cambiando.
Recuerdo cuando era un crío, que para ver las carreras, con suerte se podían ver 20 minutos en televisión, y donde no existía nada, absolutamente nada más, ni previos de carreras, ni post carrera, ni retransmisión de las Free Practice, ni absolutamente nada más. Pero me gustaba y mucho. Por aquel entonces en España los derechos de televisión prácticamente se regalaban, la FOM no encontraba en el mercado español un tirón suficiente como para poder venderlos a las cadenas de televisión a un precio alto. Como todos sabemos con el paso de los años eso cambió mucho.
De aquella época recuerdo esa frase que tanto odio y que tan recurrentemente se repite, “la F1 son coches de colores dando vueltas a un circuito…”. Corrían los años 80 y todo aquello que no fuese fútbol en España casi no se consideraba deporte, y es aquí donde me hago la primera pregunta: ¿es la Fórmula 1 un deporte? Pues bien, para responder a esa pregunta lo haré, con una de las mejores citas que recuerdo de este “deporte” y es de Fernando Alonso del año 2006 cuando dijo textualmente “nunca más consideraré la Fórmula 1 como un deporte”.
Tras muchos años viendo resúmenes en televisión, crónicas en prensa, ya que internet por aquel entonces… Bueno, llegó el día en el que pude asistir a mi primer Gran Premio en vivo y en directo, fue en el año 2004 y no podía ser de otra manera que en el templo de la velocidad, Monza, en Italia. Desde ese día me di cuenta que la Fórmula 1 vista desde la televisión no era lo mismo que verla en directo y no me refiero a esto por los sentidos que no te permiten disfrutar de ellos la TV, no. Me refiero al olor que se respira, al ensordecedor ruido de aquellos V10… Me refiero a que fue allí, en aquel GP, donde me empecé a dar cuenta de qué es realmente la F1.
Hemos de pensar que un GP dura cuatro días: jueves, viernes, sábado y domingo, cuando la carrera realmente tan sólo dura como máximo dos horas, pues bien, entonces, ¿qué pasan en esas 94 horas restantes? Y es en la respuesta a esta pregunta donde nos damos cuenta de que la Fórmula 1 no es un deporte, la Fórmula 1 son muchas cosas, donde el deporte es la mera excusa, la Fórmula 1 es el mayor centro de negocios itinerante del mundo. En esas dos horas en la TV es imposible darse cuenta de todo lo que se mueve en la Fórmula 1, detrás de las cámaras, en el paddock, en los motorhome de los equipos, en las salas de reuniones de los mejores hoteles alejados de los circuitos, pero dentro de la misma ciudad. La Fórmula 1 es ese lugar donde se siembran los mejores negocios, que en el tiempo pueden llegar a salir o no, pero sembrar se siembran, y en los negocios está claro que para recoger primero hay que sembrar. La Fórmula 1 es ese lugar de conexión entre empresarios, directivos, gente de negocios con intereses, donde lo que ha de imperar es el win to win, donde nadie regala nada a cambio de nada. La Fórmula 1 es ese lugar opaco, cerrado, clauso, oscuro, hermético, todo ello tildado de un aroma a exclusividad, algo que Bernie Ecclestone ha sabido hacer muy bien, ya que todo aquello que es perfectamente hermético, es difícil o imposible de penetrar, a no ser que quién esté dentro te deje entrar… La Fórmula 1 es ese lugar donde no hay amigos, o por lo menos amigos sin intereses, pero claro, aquí ya estaríamos incurriendo en una contradicción, un amigo nunca lo es por interés, y aquí esa premisa ya no lo es tanto.
La Fórmula 1 es ese lugar idílico para los negocios, para la generación del tan conocido Business to Business a nivel worldwide. Aquí esa regla del 6, es decir, aquella que afirma que tú puedes llegar a cualquier persona del mundo por medio de seis conocidos, donde alguien conoce a alguien para que tú finalmente llegues a él, desaparece. Esa regla del 6 se limita con suerte a la regla del dos, otro indicativo más de lo valioso que es para este negocio estar ahí.
La Fórmula 1 la podemos entender, como decíamos antes, como el escenario idílico para para el B2B, ya que hemos de pensar que en un paddock de Fórmula 1 se juntan en cada carrera todo tipo de empresarios, políticos, personas influyentes, gente de negocios, y todo ello decorado o adornado con personajes famosos, algo que Bernie ha sabido hacer muy bien, ya que es lo que atrae a las cámaras. A diferencia de otros deportes, la Fórmula 1 es el que mejor ratio tiene sobre frecuencia, número de espectadores y duración. ¿Qué significa esto? Pues que no existe ningún otro espectáculo que viaje a tantos países en tan poco tiempo y dure tanto. Hemos de pensar que la Fórmula 1 tiene una duración de unas 34 semanas al año, ningún otro evento deportivo puede mantener dicha duración.
El que más se aproxima es la Champions League, pero con el hándicap que es sólo a nivel europeo. Por ello, partiendo de la base de que la Fórmula 1 es la que más duración tiene en el tiempo a lo largo del año, que cada quince días hay una carrera y que viaja a las principales ciudades y países del mundo, todo ello sumado al nivel de audiencia acumulada total a final de año, hacen de este evento el más interesante en cuanto a ratio de frecuencia, audiencias y duración. Por poner otro ejemplo, el Mundial de fútbol tiene una audiencia acumulada de 26.000M de personas, pero es un evento que sólo se celebra una vez cada cuatro años y dura sólo cuatro semanas. Las marcas que patrocinan este evento obtienen una gran visibilidad para el B2C en el corto plazo, pero no hay punto de comparación con la Fórmula 1.
Mañana, segunda entrega del artículo de estreno de Autalia Business & Sport en PitLane F1.