Y se desató la Alonsomanía...
Hoy se cumplen 10 años del primer Mundial de Fernando Alonso y, como no podía ser de otra manera, en PitLane F1 hemos decidido hacer un especial con algunos artículos y galerías para recordar aquel 25 de septiembre de 2005.
Fernando Alonso debutó en el complicado mundo de la Fórmula 1 allá por 2001, a los mandos de un Minardi. En 2002 pasó a ser piloto probador de Renault para, en 2003, ascender a piloto titular de la escudería del rombo. El joven ovetense ya transmitió muy buenas sensaciones en las primeras carreras de esa temporada, pero fue en Hungría donde llegó la merecida recompensa al esfuerzo, al sacrificio y al talento. Cruzar la línea de meta en primera posición por primera vez siempre es especial y no fue menos para el piloto español. Escuchó el himno español desde lo más alto del podio sin saber si se volvería a repetir. No pudo ser en 2004, año de transición para el asturiano. Pero llegó 2005 y el ambiente que se respiraba era muy diferente al de la temporada anterior. Olía a ilusión.
Alonso ha confesado que desde que se subió al R25 sabía que ese iba a ser un buen coche. Y lo fue. Una mala clasificación le dejó muy retrasado en parrilla en la prueba inaugural, pero consiguió llegar al podio, confirmando quizás aquella corazonada. Tras ese primer podio del año, llegaron muchos más y la victoria se convirtió en una costumbre. Siete fueron los triunfos y quince los podios aquella temporada. Fernando hacía sonar el himno español por el mundo y la afición aumentaba en cada carrera. Los más veteranos no podían creerse lo que estaba pasando con el deporte que apenas unos pocos veían domingo tras domingo. De pronto, se hablaba de Fórmula 1 en las noticias, incluso era portada en los grandes periódicos deportivos del país. Y todo por un asturiano que apenas superaba la veintena.
Y llegó Brasil y llegó la locura. Saliendo desde la pole y sabiendo que con un podio le valía, Alonso afrontó la carrera con templanza y tranquilidad. Colocado en la tercera posición desde el inicio de la carrera, pasó así las 71 vueltas de las que se componía el Gran Premio. Cruzó la línea de meta a casi 25 segundos del ganador, Juan Pablo Montoya, pero el mayor premio fue para el asturiano. El sueño se convirtió en realidad. Por primera vez en la historia, un español se coronaba Campeón del Mundo y llegaba al Olimpo de la Fórmula 1. A miles de kilómetros de España, en São Paulo se oía aquel "toma, toma" que inundó el cielo de Interlagos.
Aquel grito, lleno de tensión, de alegría y de orgullo, marcó el primer gran éxito de Alonso en la Fórmula 1. No muchos pilotos pueden ganar una carrera de la máxima categoría del automovilismo, pero solo unos pocos elegidos pueden formar parte de la historia y alcanzar la gloria. Sabiendo de la importancia de la culminación de ese sueño, la afición se volcó con él. Las audiencias se dispararon, las gradas de Montmeló se llenaron y los colores de Renault impregnaron la vestimenta de la afición. Y se desató la Alonsomanía...